Tras este inevitable parón que he tenido, vuelvo con otra receta de pescado, esta vez una trucha, el pescado azul con menos grasa, sólo un 3%. Su carne supone un aporte interesante de potasio y fósforo; contiene proteínas de alto valor biológico, pero en cantidades inferiores a otros pescados, así como de vitaminas y minerales y aquí podéis ver sus propiedades nutritivas.
Esta vez, en lugar de comprar una por comensal, me decidí por una grandecita que daba para dos personas, pero igualmente se puede preparar la receta con las de ración.
- Ingredientes para hornear:
Trucha asalmonada (cantidad según comensales)
1 Cebolla
Aceite de oliva
1/2 vaso de vino blanco
Sal
Pimienta
La trucha me la preparó el pescadero, abierta al medio con la espina a un lado (yo se la quito después de hornear, sale entera).
Precalentamos el horno a 180º.
En una fuente apta para el horno, colocamos la cebolla cortada en juliana y regada con un chorrito de aceite; lo introducimos al horno durante 15-20min.
Cuando la cebolla casi esté, colocaremos encima la trucha, salpimentada y regada con un chorrito de aceite. Y añadimos medio vaso de vino blanco.
Horneamos durante unos 15 minutos y reservamos.
- Ingredientes para la salsa:
1 brik de 200 ml de nata para cocinar
100-150g de queso roquefort o azul.
Salsa de la trucha
Calentamos una sartén con el queso troceado; cuando esté fundido, añadimos la nata y dejamos espesar.
Mientras tanto, echamos en el vaso de la batidora la salsa que nos ha quedado al hornear la trucha, y pasamos bien la cebolla. Añadimos la cantidad que queramos a la mezcla de queso y nata.
Ahora ya podemos emplatar, sirviendo a cada comensal su ración de trucha, bañada con la salsa de queso.
Bon appetit!
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